Cínica, hipster-irónica, decadente... y muy divertida. Jarmusch deconstruye a los vampiros para ubicarlos en nuestro mundo con condescencia, desesperanza, curiosidad y gusto -- si han vivido por siglos, su carisma será tan amplio como su paciencia ha de ser corta. A ratos sin rumbo, pero Hiddleston y Swinton se encuentran rápido.
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