Una fría y dolorosamente honesta canción sobre el cinismo, la melancolía, y en general, la mala pata de la mediocridad. Por más que su protagonista sea un gusto adquirido, siempre tiene presente su muy humano y real miedo al conformismo; y como los Coens nomás, no sólo se lo toman con buen humor, sino con un genial cancionero también.
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