De sobrevivencia, sí, pero quizás demasiado preparada para ello, si hace sentido. No es un problema de Paul Walker, que ejerce un notable esfuerzo físico que se traduce en emocional; pero esta es una tormenta demasiada perfecta, con todo aspecto en contra amontonándosele sin darle tregua, rompiendo un poco la ilusión; pero su honestidad la rescata.
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