Puede que no llegue a ser tan icónica como la original, pero es sólida a su propia manera. Se enfoca menos en el crimen y lo corporativo, y más en la emoción humana y su manipulación, para el gran provecho de Kinneman y particularmente, Oldman; y aunque no cuente con todos sus litros de sangre... aún así logra plasmarte unas potentes cyber-pesadillas.
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