Woody sigue intermitente. Es demasiado testaruda como para caer del todo bien, y muy poco comprometida como para dar con un humor genuino o una introspección razonable. Puede que Firth y Stone aporten su adorabilidad nata, pero el guión no los dejará ir muy lejos. Apuntará tan forzosamente a lo romántico que desperdiciará su misticismo.
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