Para bien y para mal, Jon Stewart. Con una respetable y muy confiable consciencia social internacional, pero muy burda y simplista con su humor y sus mensajes, y en versión película es algo genérica. A fin de cuentas es una película sobre el exigir cosas que no están ahí -- mínima y teatral, sin mucho qué mostrar a pesar de la brutalidad que se propone.
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