Lanthimos vuelve a dar con su extremo aislamiento y su impasible tendencia a la violencia de la que no sabes si reírte o espantarte, pero aún así si le das la chance te va a hipnotizar. Sin embargo, y a pesar de su originalidad, este concepto tiene unos puntos ciegos demasiado obvios que ignora; pero entre arte y actuación los vas a dejar pasar.
*** 1/2
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