Sin dudas apasionada por la causa (Carey Mulligan en especial está excepcional), pero es tan respetuosa y solemne que no toma mayores oportunidades narrativas con el tema. Enfurece y enrabia con la violencia y el descaro masculino, pero esa es su única estrategia. No será menos urgente, pero sí más monótona. Meryl Streep, un mero cameo aquí.
** 1/2
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