Si necesitabas algo aún más vacío y estéril que To The Wonder, helo aquí. Una oda a los excesos y los amoríos que llega a inducir el coma del puro aburrimiento, que todo aquí ocurre a un ritmo mileniario y con un significado subatómico. Lubezki se queda dormido detrás de la cámara, mientras que el reparto apenas es un decoración con patas en esto.
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