Detallada en lujo y decadencia, pero qué aburrimiento más pretencioso. Cada línea aquí pareciera tener un adjetivo o un sustantivo de más, a tal punto que más que parecer refinada suena inverosímil; se desarrolla muy, muy lentamente hacia un cierre ya conocido; y Tom Hiddleston, por más protagonista que sea, es lo más narrativamente tangencial aquí.
* 1/2
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