Fernández sigue explorando el impacto legal y personal del matar a un hombre, pero ahora se entretiene y relaja más -- y todo sin olvidar lo indignante del abuso de poder, y los peligros de una sociedad de vicios. Divaga algo en lo social y lo idealista del tema frente a este status quo, eso sí; pero aún así propone gran tema de conversa.
****
No hay comentarios:
Publicar un comentario