Puedo entender a Gary Oldman queriendo un Óscar, pero viniendo de Joe Wright esto es desesperación: biopic, WW2, ni tan seria ni tan ligera, kilos de maquillaje, competencias de gritos para ver quién actúa más fuerte, y un anti-sutil y agravante sentido de auto-importancia. ¿El otro lado de la de Chris Nolan? Totalmente: mismo contexto, pero diferentes historias, y la suya es mejor.
★ ½
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