En tiempos así de cínicos y agresivos, esto es un pequeño tesoro. Sincerísima, afectuosísima, mágica en producción y visuales, y con un tour de Londres imposiblemente más cautivador; es una secuela simplemente perfecta. Su versión de Shawshank, de Grand Budapest, de Chicago -- ¡hasta de Shape of Water! Y aún así única en ternura y familiaridad. Este cine es puro escapismo en su mejor definición.
★★★★★
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