Aquí los de Netflix se deben dar cuenta de sus límites: esto es demasiado hermoso para la pantalla chica o el iPhone. Garland nuevamente difumina identidades con implicaciones científicamente feroces, pero ahora deja de preguntar tanto para dejarse perder en un terrorífico e indescriptible edén con paisajes y sonidos tan vibrantes e impactantes como una pesadilla recordada en retazos.
★★★★ ½
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