Admito que nunca supe mucho de Nina Simone, pero vaya forma de tocar el piano -- y de ser una relativa mala persona, también. Este doc no duda en mostrar sus más grandes éxitos, sus orígenes y las razones de su talento; pero también incómodamente ignora o perdona de sobremanera lo más problemático de su actuar.
Enfurecedora de lo criminalmente brutal de las fuerzas policíacas aquí, pero dentro de todo este es un documental que se pudo haber beneficiado de haberse esperado un par de años más. Las imágenes están bien vívidas y dolorosas, pero la narrativa es inconclusa y monótona. Mismas batallas hasta que ceden.
Incluso si se trata de una realidad ajena a la nuestra, lo desesperante y enfurecedor aquí es universal: esta sí que es una verdad incómoda, oculta tras un sinfín de "peros" con tal de preservar un lucrativo status quo. Sin embargo, y aún siendo así de devastadora, logra dar con una nota de esperanza y aliento, que esto debe terminarse.
Urgente y noble en su causa, pero muy poco refinada, cinemáticamente hablando -- que haya sido estrenada en el Discovery Channel es una cosa, pero esto es demasiado hecho para tal: sin mucha autoría que digamos. Dicho esto, y aunque sea más o menos a la fuerza, transmite efectivamente lo desesperante y brutal del asunto.
A pesar de todo el viaje aquí se siente bien estacionaria. Puede que ese sea el punto de la película, pero no es demasiado interesante de por sí -- en especial con un protagonista así de Scrappy-Doo para sus cosas, y una trama que se reduce mucho al esperar y llegar a cierto destino. Sin embargo, entre locación y detalle sangriento, tiene su autenticidad.
Un visceral y desesperado testimonio de cómo es que la falta de ley sólo engendra más falta de ley, y de cómo es que hasta la ley hecha por uno mismo no basta. Espeluznante y acongojante, da una mirada a un infierno de víctimas, victimarios, y gente que es un poco de ambos, que ya da pena y rabia de lo cada vez más familiar que va siendo.