Su tendencia al monólogo expositivo y su agresivamente paciente narración cuestionan el interés por descubrir los orígenes y consecuencias de su ilícita pero desesperada profesión. Sin embargo, vale más tarde que nunca, ya que sus nudos se desarrollan justo a tiempo para al menos concluir satisfactoriamente. Sólidos e inmersos personajes, envueltos por un apto paisaje sonoro. Es más sombría de lo pronosticado.
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