Pew-pew bang-bang por dos horas. Para lo que trata de ser, necesita mucha más trama o por lo menos una escena postcréditos para que no se le note tanto lo desmotivada que es. Sus secuencias de acción podrán estar bien diseñadas y peleadas a lo largo de sus laberínticos aunque a ratos indescifrables entornos, pero aún así es un protocolar reboot noventero y ya. ¡Al menos puedes ver a Bryan Cranston patear culos, si eso sirve de algo!
** 1/2
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