No hace falta ser un experto en Santiago como para fijarse en los piques exagerados aquí (¿de Las Condes al Mapocho?), ni un experto en cine como para notar lo burda que es. Es juguetona, sí, pero es narrativamente árida y predecible, y visualmente sin inspiraciones -- precisamente muy, muy "barata". Tendrá buenas intenciones, pero sea como sea es demasiado cursi.
* 1/2
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