Satisface, aunque históricamente hablando bien tomará su una que otra libertad, y el cómo usa el inglés intermitentemente en suelo chileno llega a distraer. Aún así, las actuaciones aquí son absorbentes en su fría determinación: los riesgos calculados de Watson; las facetas muy opuestas de Brühl; y la inquietantemente perforante figura de Michael Nyqvist.
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