Otro furioso debate. Toma uno de los peores casos y se hace toda pregunta ética, estratégica y legal posible al respecto, que aún cuando no pasa nada, la indecisión es atrapante, siendo cada vez más tensa y emocional. Mirren brilla en su compromiso, Rickman en su dignidad, y Abdi con agallas se escapa de ser otro one-hit wonder.
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