Placentera e inofensiva, pero cómo se le nota a LEGO que cada vez tiene menos razón para hacer estas películas. No sólo la estética está mínimamente justificada, sino que ya son tres películas masticando las mismas ideas -- y tras dos en un año, esto ya perdió el sabor. Aún así, sí, hay peores formas de pasar el rato. Entretiene sin exigir o exigirse. Para los más chicos.
★★★
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