A pesar de todo el viaje aquí se siente bien estacionaria. Puede que ese sea el punto de la película, pero no es demasiado interesante de por sí -- en especial con un protagonista así de Scrappy-Doo para sus cosas, y una trama que se reduce mucho al esperar y llegar a cierto destino. Sin embargo, entre locación y detalle sangriento, tiene su autenticidad.
Un visceral y desesperado testimonio de cómo es que la falta de ley sólo engendra más falta de ley, y de cómo es que hasta la ley hecha por uno mismo no basta. Espeluznante y acongojante, da una mirada a un infierno de víctimas, victimarios, y gente que es un poco de ambos, que ya da pena y rabia de lo cada vez más familiar que va siendo.
Si querían ver a una Forrest Gump más anárquica y desinteresada por todo, helo aquí: felizmente peculiar, azarosa y violenta; te saca sus buenas risas con su mezcla de sincera ingenuidad y cinismo. No apuntará a nada concreto, pero se pasa bien dejándose deambular por ahí.****
Entre lo suave y natural de Charlotte Rampling y el dolor ante lo hipotético y lo retrospectivo, esta es una de aquellas que te parten el corazón muy lentamente. Eficiente y honesta a tal punto de que el "menos es más" calza perfecto aquí: estos pocos gestos y decires rara vez han significado tanto, que llegan a darte tantas esperanzas como te las arrebata.
La Philomena de Helen Mirren, básicamente; pero bastante menos intrigante conceptualmente: no importa el peso de la historia real o alguna escena de acción bien montada, esto sigue tratándose del cuadro de una tía fome. Entre peleas insignificantes y pocas ganas para profundizar y compremeterse, esta premisa, lo quiera o no, es demasido primermundista.
Este título es uno de los peores spoilers del año, pero aún así tiene bastante que fascina y enrabia. Andrew Garfield se destaca en un rol inusitadamente maduro; mientras que el guión da una mirada refrescante al colapso económico: se aleja de los excesos para fríamente retratar la impotencia del pobre y el peso del oportunismo en la conciencia.
Hay buenas intenciones aquí con su mensaje medioambientalista, pero da mucho la impresión de que es una película demasiado impresionada consigo misma, que la trama se queda bien atrás de sus caleidoscópicas visuales. Podría ser una de esas para fumarse algo antes, pero me hubiese gustado que fuese más loca y desenfrenada aún.
Exquisita y delicada de ver y escuchar como muy pocas, pero aún así bien poco intrigante de por sí. No sólo no tiene mucha trama qué contar, sino que lo que tiene para contar ya el trailer lo reveló completamente. Redmayne vuelve a desplegar sus dotes para la fragilidad física, pero Vikander con su doloroso y conflictuado compromiso está mejor.
Si David O. Russell se estaba volviendo demasiado amistoso con la Academia, helo aquí, pues. Caótica, furiosa, casi surreal e inexplicable; pero esto me es díficil decirlo como un real positivo. Las relaciones entre los personajes y los cambios tonales son demasiado bruscos y aleatorios como para cuajar con sentido. Interesa, sí, pero... um... no sé.
De una voz tan suave que no tiene urgencia ni problema palpable, y con todo tan a flor de piel que no se puede dar el lujo de tener sorpresas -- incluso, LA que tiene llega a ser literalmente muy poco pensada. Bien será una carta de amor a una comunidad inmigrante, a una ciudad, o a un período histórico; pero todo ello se queda en intenciones sin interés.
No es su más innovadora, pero es tan clásica suya que Tarantino se estaba reservando para esto. Su más teatral, conversadora y sangrienta en años, por muy lejos. Con calma, te va armando un laberinto de díalogos donde está muy bien el perderse, sin saber qué ocurre realmente; y cuando hay sangre, vaya que satisface y duele.
Cranston, principio y final de esta película. Bien querible a su peculiar pinta, pero a todo lo demás le cuesta dar con positivos honestos. Una Oscar Bait muy explícita que desperdicia a Louis C.K., y que logra hacer de Helen Mirren una desgracia. Lentísima y trivial a pesar de toda su inflexión moral y atmósfera paranoica; y superficial sobre el mismo Trumbo.
Entretenida, dinámica, sin pelos en la lengua, y a su propia forma, muy financieramente pedagógica. Aún así, queda la sensación de que esto pudo haberse explicado de una manera más sencilla y efectiva, en especial considerando que cada historia por separado es relativamente breve, pero se deja perder un poco en los tecnicismos y su frenética edición.
Hermosamente construída y animada con agallas, pero aunque vaya con un buen ritmo, deja la sensación de que pudo haber sido un corto. Tendrá ideas y metáforas bien potentes sobre la desconexión humana, pero este es un concepto muy acotado y emocionalmente predispuesto como para dejarse estudiar o querer mucho. Es lo que es, lo tomas o lo dejas.
