Con su ambientación muy literal (el título no miente), es una invasión a muy pequeña escala, pero la aparente mundanería es genialmente aprovechada por sus sucintos pero ágiles personajes, su claustrofóbica pero no cromofóbica dirección de arte, y su impredecible edición, equilibrando con aplomo el terror de monstruos con humor de machos alfa. ¿Igual a Super 8? Sí, pero no.
**** 1/2
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